La Situación Económica Actual de México: Entre la Estabilidad y los Retos Estructurales

Una mirada crítica e informativa sin el lente distorsionado de la oposición conservadora

Introducción

A lo largo de la historia reciente, la discusión sobre la economía mexicana ha sido intensamente politizada. Desde 2018, la llegada de un gobierno de corte progresista ha modificado el enfoque tradicional de política económica que prevalecía desde los años 80. A cinco años de esta transformación, México se encuentra en una coyuntura crucial: crecimiento con estabilidad fiscal, expansión del bienestar, pero también desafíos estructurales que no pueden ignorarse.

Este artículo ofrece un análisis objetivo de la economía mexicana en 2025, libre de las distorsiones comunes promovidas por ciertos sectores de la derecha, que tienden a sobredimensionar lo negativo y minimizar los avances.

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1. Crecimiento Económico: Más Sólido de lo Que Se Dice

Datos duros al segundo trimestre de 2025:

• PIB en crecimiento sostenido: Se proyecta un crecimiento anual del 2.5% al 3.0% para 2025, impulsado por el consumo interno, la inversión pública y el fenómeno del nearshoring.

• Inflación contenida: La inflación interanual se encuentra por debajo del 5%, con una tendencia a la baja desde finales de 2023, lo cual contrasta con lo que ocurre en otras economías latinoamericanas.

• Estabilidad macroeconómica: El peso mexicano se mantiene fuerte, cotizando entre los 16.80 y 17.30 pesos por dólar, lo que refleja confianza de los mercados internacionales, pese a los discursos alarmistas.

Desmontando el mito del “estancamiento”

Sectores opositores insisten en calificar la economía como “estancada”, pero los indicadores clave desmienten esa narrativa. El dinamismo del sector manufacturero, el crecimiento de exportaciones y el boom de la relocalización de empresas en el norte del país han sido motores reales de expansión.

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2. Empleo y Salarios: Recuperación con Sentido Social

• Empleo formal en alza: El IMSS reporta más de 22 millones de empleos registrados, con incrementos históricos en varios sectores.

• Salario mínimo: Ha tenido aumentos acumulados de más del 100% en términos reales desde 2018. En 2025, ronda los 375 pesos diarios en la frontera norte y 248 en el resto del país.

• Disminución de la pobreza laboral: De acuerdo con Coneval, el porcentaje de personas cuyo ingreso no alcanza para la canasta básica ha disminuido paulatinamente, sobre todo en estados del sur históricamente marginados.

Estos avances son resultado directo de una política económica que prioriza la distribución del ingreso y el fortalecimiento del mercado interno.

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3. Inversión Pública y Desarrollo Regional

Obras estratégicas en ejecución:

• Tren Maya: Aunque controversial, ha generado miles de empleos y ha mejorado la infraestructura del sureste.

• Corredor Interoceánico: Conecta Salina Cruz con Coatzacoalcos, atrayendo inversiones industriales que diversifican la economía más allá del centro y norte.

• Refinería Dos Bocas: Ya en operación, contribuye a la soberanía energética y reduce la dependencia de combustibles importados.

Infraestructura como palanca de desarrollo

La narrativa opositora presenta estas obras como “elefantes blancos”, pero el crecimiento en turismo en el sureste y el incremento en logística y manufactura en el Istmo demuestran lo contrario. El enfoque del gobierno actual es territorialmente equilibrado, a diferencia de modelos anteriores que concentraban el desarrollo en zonas ya ricas.

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4. Política Fiscal: Austeridad Republicana y Disciplina

• No más endeudamiento descontrolado: La deuda pública como porcentaje del PIB se ha mantenido en niveles manejables (~49-50%), a pesar de las presiones económicas globales.

• Recaudación histórica sin subir impuestos: El SAT ha fortalecido la fiscalización, aumentando la captación tributaria sin necesidad de crear nuevos impuestos.

Este modelo ha permitido aumentar el gasto social sin poner en riesgo la estabilidad macroeconómica, desmintiendo la vieja idea de que solo endeudándose puede ampliarse el Estado de bienestar.

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5. Bienestar Social: Inversión sin precedentes

• Pensión universal para adultos mayores: Más de 12 millones de beneficiarios reciben un ingreso digno, con planes de aumento anual.

• Jóvenes Construyendo el Futuro y Becas Benito Juárez: Programas que han reducido la deserción escolar y la informalidad juvenil.

• Programas para el campo: “Sembrando Vida” ha transformado economías rurales y frenado la migración forzada.

Lejos de ser “clientelismo”, estos programas han tenido efectos medibles en reducción de la pobreza y dinamización de economías locales.

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6. Nearshoring: Una oportunidad histórica

México está viviendo un momento dorado para atraer inversiones gracias a:

• Su cercanía con EE.UU.

• Tratado T-MEC

• Estabilidad política relativa en comparación con otros países de la región

Estados como Nuevo León, Coahuila, Chihuahua y Jalisco han registrado récords en inversión extranjera directa. Esto abre la puerta a un crecimiento sostenido para la próxima década, si se acompaña con una política industrial e infraestructura energética adecuada.

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7. Retos Reales: No todo es perfecto

Aunque se han logrado avances, México enfrenta desafíos importantes que deben abordarse sin caer en alarmismos:

• Inseguridad: Aunque hay regiones con mejoras, la violencia y el crimen organizado siguen representando un freno al desarrollo.

  
  

• Sistema de salud post-COVID: El IMSS-Bienestar aún está en proceso de consolidación. Existen carencias materiales y de personal.

• Educación básica: Las brechas de calidad siguen siendo grandes, especialmente entre zonas rurales y urbanas.

• Corrupción local y judicial: Aunque el gobierno federal ha reducido la corrupción en altos niveles, persiste en municipios y poderes judiciales estatales.

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Conclusión: Un país en transformación, no en crisis

A pesar del ruido mediático y la oposición sistemática, la economía mexicana en 2025 no está colapsada ni en ruinas. Muy al contrario, ha logrado combinar estabilidad macroeconómica con justicia social, algo que parecía imposible bajo los dogmas neoliberales del pasado.

¿Falta mucho por hacer? Sin duda. Pero reducir los avances a propaganda, o pintar una imagen apocalíptica de la realidad, es una distorsión ideológica que no resiste el contraste con los datos.